
PROTECTOR SOLAR CONTRA LAS ARRUGAS
Llegó el verano y mucha gente está pensando en comprar el clásico protector solar para ir a la playa. Todos somos conscientes de que así evitaremos el fotoenvejecimiento de nuestra piel, además de alejar la posibilidad de contraer enfermedades asociadas graves. Una nueva investigación australiana confirma que quienes usan protectores tienen menos arrugas.
Algunas personas, pocas, usan diariamente un protector solar (o un cosmético que lo contenga) en las partes del cuerpo expuestas a los efectos negativos del sol sobre la piel; otras no lo utilizan o sólo lo hacen eventualmente. Un grupo de investigadores ha confirmado definitivamente lo que los dermatólogos ya sabían: el sol causaarrugas y sequedad de la piel. Para su estudio, desarrollado en Australia –un país con mayoría de población blanca y donde el sol es generoso–, tuvieron que armarse de paciencia; durante cuatro años y medio trabajaron con 900 voluntarios de entre 25 y 55 años.
La mitad de ellos usó diariamente protector solar (con FPS de 15), y la otra mitad lo usó según su costumbre o no lo usó. Los que se lo aplicaban lo hacían en cabeza, cuello, brazos y manos. Debían usar el protector cada mañana, después de ducharse o de nadar, tras sudar mucho o cuando se exponían muchas horas al sol. En promedio se lo aplicaron 3-4 veces por día.
Al final del experimento se estudiaron los cambios en la piel al microscopio por parte de especialistas que no sabían a qué grupo pertenecía cada participante. La elastina fue el tejido analizado, porque se degrada restando tersura a la piel y formando arrugas.
Los resultados, que otros prestigiosos científicos consideran totalmente convincentes, muestran que, en promedio, las pieles del grupo que usó filtro solar prácticamente no se habían alterado en esos cuatro años y medio, mientras que las del otro grupo habían envejecido de forma evidente.
Puesto que el trabajo se llevó a cabo con personas de piel blanca, queda en el aire la pregunta de cómo el uso continuado de protectores solares afectaría a quienes tienen pieles más oscuras o amarillas.
Para garantizar su independencia, el Consejo Nacional de Investigación sobre Medicina y Salud de Australia financió en exclusiva el estudio. No hubo contribuciones de ningún fabricante de filtros solares.